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ese veneno que todo lo petrifica
me hunde en los abismos de la putrida verdad de mi vida.
estoy sola y solo a mi me tengo.
el fuego ke crece en mis entrañas
la mayoria de las veces me consume,
pero otras me reaviva,
me ahoga sin matarme,
y con los dedos entumecidos y la cabeza agobiada
vuelvo a escalar 1000 veces mas
el precipicio ke me separa de un día con sol.
un día de sol,
la brisa acomodando mi cabello,
el ruido de la vida que pasa sin detenerse,
la risa de los que caminan,
su dicha invalorada
y esos ojos que me rescatan cada día,
cada instante de mi,
y del dolor de ser yo.
el dolor de haber reemplazado amor por odio repulsivo.
odio por odiar lo que debería ser amado.
odio por odiar lo que debería amarme...
odio por odiarme...
odio por usar el odio como mecanismo de defenza contra el odio...
hasta que una mañana,
esos ojos temblorosos me hicieron recordar
que el amor no tiene tiempo ni distancia,
me embebio de fuerzas y me dio la templanza suficiente
como para que cada día tuviera un principio y un final.
esos ojos me dieron el coraje de enseñarles a no temer.
ahora veo lo bueno de mi oscuridad.
tanta basura me cubre,
que cada pequeño suspiro de aire limpio
se convierte en una montaña de felicidad,
y me devuelve las ganas de vivir
y aguantar mi infierno,
con la simpleza de saber que esta ahi,
para mi, esperandome....
y mientras tanto mi mundo me sigue ahogando
sin saber que ya nada me importa de ese mundo,
porque ya nada de alli es mio realmente.
solo me tengo a mi,
No necesito nada más por ahora...
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