Manual de supervivencia 1


Imnsomniando escuché en la TV que decián :"Todo tiene que ver con todo"...
mis desolaciones y yo misma soy el resultado de todo lo que en realidad no quiero ser. De tanto que una/o recibe acusaciones de ir siempre por el camino contrario al impuesto, decidí ir en contra pero en serio.
Ante la histeria reinante, responderé con paciencia, al enojo constante responderé con sonrisas, a la ira instalada le hablaré con paz. A los agravios los ignoraré y besaré los rostros de los infelices para que sientan el calor de mi pecho.
Me construiré un manual de supervivencia que tal vez con el tiempo se convierta en Super - Vivencias....
....................................se que continuará. (en algún momento).

hoy me desperte sin mucho que decir.


hoy me desperte sin mucho que decir...........esto del espacio geografico y la explicacion de porque los paises subdesarrollados crecen mas rapido que los desarrollados me esta hundiendo en una paradoja eterna de lo que es y no es.....de lo complejo de lo cotidiano....de te quiero tanto que no puedo verte, de mil cosas por el estilo...........me decia un amigo....estoy por cumplir 31 y pense en tener un hijo....pero no quiero estar con nadie....el hecho de que tengas cierta edad hace que tengas si o si que epensar en ciertas cosas? como decir....tengo menos de 25 eso quiere decir que tengo que vivir mi vida al extremo y aprovechar todo al máximo por que despues no podré hacerlo?
quiere decir que amar es atarse? no entiendo muchas cosas.....ni pretendo hacerlo realmente
me acomode en mi cojin de conformismo donde el mientras tanto espero sea lo mas duradero posible........y mi amigo me dice....me asusta el futuro por eso no progreso y no me arriesgo, prefiero y me siento más comodo con lo viejo ya conocido.....pero quiere tener un hijo....o lo pensó...cosas que pasan.
Otro amigo me dijo...solo tengo 19 años no puedo hacerme cargo de mi familia........alejate dije, dejalos son grandes que se arreglen....me contesta...como voy a dejarlos??!! no puedo!!.....cosas de la vida....
y otro amigo me dijo.... me gusta mi melancolia....y yo le dije....no queres ser feliz? ....me contesta el punk apesta........ese estado de felicidad superflua...la felicidad no se busca...
.......................
hoy me desperte sin mucho que decir....se nota no?........bha lo usual en mi digamos..............
............................que se supone que deba hacer? soy un animal de costumbres...........

Domestícame - lo esencial es invisible a los ojos


Entonces apareció el zorro:

-¡Buenos días! -dijo el zorro.

-¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vío nada.

-Estoy aquí, bajo el manzano -díjo la voz.

Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.

-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!

-Soy un zorro -dijo el zorro.

-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!

-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.

-¡Ah, perdón! -dijo el principito.

Pero después de una breve reflexión, añadió:

-¿Qué significa "domesticar"?

-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?

-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?

-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?

-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.

-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos... "

-¿Crear lazos?

-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...

-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...

-Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.

-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito.

El zorro pareció intrigado:

-¿En otro planeta?

-Sí.

-¿Hay cazadores en ese planeta?

-No.

-¡Qué interesante! ¿Y gallinas?

-No.

-Nada es perfecto -suspiró el zorro.

Y después volviendo a su idea:

-Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sól. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.

El zorro se calló y miró un buen rato al principito:

-Por favor... domestícame -le dijo.

-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.

-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no fienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, Ios hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!

-¿Qué debo hacer? -preguntó el príncipito.

-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio ún poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!

El principito volvió al día siguiente.

-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejempló, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la feliçidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunça sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.

-¿Qué es un rito? -inquirió el principito.

-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando eI día de la partida:

-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.

-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...

-Ciertamente -dijo el zorro.

- Y vas a llorar!, -dijo él principito.

-¡Seguro!

-No ganas nada.

-Gano -dijo el zoro- he ganado a causa del color del trigo.

Y luego añadió:

-Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.

El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:

-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.

Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:

-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.

Y volvió con el zorro.

-Adiós -le dijo.

-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.

-Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.

-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.

-Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.

-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...

-Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo

El mar de broderie



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La enorme cantidad de cabello oscuro en su pequeña cabeza, le recordaba sus más íntimos sueños de libertad, atados tenazmente en un enorme moño blanco y pulcro atiborrado de perlitas blancas de plástico. El mismo plástico barato que simbolizaba esa sensación que le quedaba al verse al espejo: una perfecta muñeca trigueña con enormes ojos y un peinado lustroso con flequillo, que ocultaba la languidez del rostro aniñado con ojeras. Como si con tanto raso y puntilla se quisiera suplir alguna falla o aparentar una devoción material a esa niña extraña que no dejaba de pensar. Vivía imaginando otros mundos, otras vidas, otros tiempos, para no tener que vivir el día a día de ese en el que estaba. Dentro aquel mar de broderí estaba guardada su mente, donde creó su universo entero, donde era libre. Su autismo conscientemente disimulado desaparecía cuando ese olor a tabaco de pipa se mezclaba con el aire, y se convertía en neblina blanca, la llamaba a dibujar todos los paisajes verdes que quisiera. Se convertía en cuento, dibujaba los cielos y delineaba las selvas.
El sr. De la pipa hablaba de animales sagrados, de aventuras en medio del río desafiando tormentas, de búsqueda de tesoros, de las grandes guerras de antaño. Historias que florecían los sueños y la imaginación de esa niña que luego de leerse a si misma cada cuento de hada que hubiera encontrado, comenzó por fin a romper con su aburrimiento creándose sus propios cuentos, con los finales tal y como ella pensaba que debían de ser. Se sumergía en ellos tan profundamente que formaron con el tiempo parte de su ser y sus esperanzas. Se cobijó bajo ese sustento activo, llorando la irrealidad de su realidad, pues muchas realidades superaron sus peores fantasías.


Bajo la luz de la luna


El cielo crepuscular más increíblemente anaranjado jamás visto antes, se extendía solemne como un manto para protección de los que permanecieron en la esplendorosa vigilia. La brisa revolvía las hojas tiernas y el aroma en el ambiente los dejaba flotar, allá, más allá... llevados por la música y los sonidos de takuara golpeando el piso.
Ese ritmo palpitante lo anunciaba, era día de regocijo. El buen espíritu rondaba el lugar, y lo llenaba todo con su gracia. Las voces que armonizaban se mezclaban con el chisporroteo de las llamas del fogón y las luciérnagas daban la noticia de que Ñanderuguasu estaba con ellos. Más allá las madres jóvenes con sus niños pequeños descansaban, mientras el resto de la familia estaba de fiesta por mandato divino. Una señal en los sueños del anciano paje los mandó a estar alertas. A la espera de lo indecible, de lo impensable, de lo impredecible, de lo irrestrictible.
De repente, un grito ahogado inunda la selva... una de las ancianas apurándose se aproxima al paje. Había un problema, el niño no nacía. Takua, uno de los cazadores se aproxima, escucha la conversación entre ambos, y sale corriendo despavorido, era su hijo de quien hablaban. Corre, tropezando con todo; corre, rebotando contra el suelo; corre, extrayendo fuerzas de lo invisible; “Corre niño que tu hijo te llama…” decía la voz de su madre muerta en su cabeza. Corre siguiendo los ruidos del agua del río que corría como él, que corría furioso como nunca... escucha los sollozos y llanto ahogado de Mainumby, su tierna esposa, casi niña, casi mujer, casi madre. Casi diosa.
Una densa nube al pasar arrastrada por el viento, cubre la luz de la luna un instante y al dejar renacer al disco plateado en el firmamento, ilumina la gloriosa imagen de su esposa sobre las piedras. Divina en toda su extensión. A un lado del agua su cuerpo parecía resaltar, su piel cobriza manchada de sangre reflejaba la luz del atardecer, como un pergamino lleno de trazos sublimes, hermosa agitaba su cabeza tomando su enorme vientre, frunciendo su dulce rostro, apretando sus labios mientras sus pechos goteaban maná del cielo esperando a su receptor...
Con un surrealismo incandescente, la luz de la noche se reflejaba en el agua, creando un escenario pasmoso para la llegada del que sería un favorecido sin dudas. Pero el camino era difícil y largo, el simple hecho de nacer era ya la prueba a su grandeza. El padre creador estaba probando a ese nuevo hombre que venía, y el premio era el derecho de caminar entre los suyos. El pase por el canal de parto, era la anunciación de lo que sería su vida misma, lucha entre luz y oscuridad que lo acecharía por siempre.
Desde el vientre de su madre no dejaba de moverse, la mujer que estaba ayudando a Mainumby no dejaba de pedirle a Takua que se fuera, que se alejara, le gritaba que no debía estar allí. Eso él lo entendía, así le habían enseñado, pero su corazón no le permitía pensar ni razonar, menos alejarse de la mujer que más amaba en la tierra en ese momento tan difícil que estaba pasando. Como con un impulso sobrenatural se arroja a los pies de su amada acariciando su cuerpo suavemente, comienza a mojar sus cabellos y su frente intentando confortarla.
Un haz de luz la ilumina siempre, Takua sabía que este era el lugar y el momento donde debía estar. Se lo mandaba su corazón.
Su esposa lo toma de la mano...
- Ayúdame. Nunca me dejes-
Takua no puede dejar de sentir que un escalofrío baja por su espina dorsal.
Sin pensar, sólo sintiendo, toma unas hojas de pakova que vio cerca y las coloca en una suave hendidura en las rocas a un metro de ella. Toma a su mujer en brazos y la levanta para recostarla allí. La mujer que ayudaba a la partera, al ver que el guerrero estaba decidido a ayudarla, no podía ya hacer nada para impedirlo. Tras de ellos llega el paje, tratando de impedir que el joven tocara a su esposa, para evitar las impurezas, pero observó en el haz de luz como el Señor de la Luna los cobijaba y entendió el mensaje, permitió que Takua y Mainumby hicieran esto juntos. El amor que se tenían y que tenían por su hijo sería la guía para salir adelante. Juntos.
El guerrero le pidió a su esposa que confiara en él, que no sabía cómo ni porqué, pero sabía que hacer, se lo gritaba su hijo desde el vientre. El joven acomodó a su esposa, y la recostó en la roca... pudo palpar la cabeza del niño brotando del cuerpo de su madre, la sostuvo. Al tomar fuerzas Mainumby, pudo sostener el cuello del bebé, notó que algo lo sujetaba y lo tiraba hacia el interior. Era el cordón umbilical que lo ahogaba sujetando al niño. Los oscuros intentaban retenerlo, al parecer era ese niño más valioso de lo que se creía. Con delicadeza logró asir el cordón, acomodando a su hijo de tal forma que lo pasó sobre la cabeza para liberarlo. En ese momento la madre lo expulsó de su ser haciéndolo libre.
El joven padre tomó a su hijo en brazos, con una roca afilada cortó las rosadas cadenas que lo mantenían prisionero y en un impulso elevó al recién nacido hacia el cielo arrancando de su garganta un grito que despertó la selva y dispersó a las aves:
- ¡Padree! ¡He aquí tu hijoo!-
El niño no reaccionaba, no se movía, no respiraba, estaba poniéndose azul. Su padre cerraba los ojos implorando por el recién nacido. La luz de la luna se apagó en un instante y las nubes cubrieron los cielos que, en segundos, crecieron y se transformaron en nubes pesadas y grises. Un fuerte viento cayó sobre ellos, agitando las aguas del río, como anticipando una gran tormenta. La pequeña Mainumby, la más grande de todas las mujeres esa noche irrumpe en un llanto desgarrador... el niño aún no se movía.
-¡Nooooo!- imploraba Mainumby tomándose de una de las piernas de su esposo y elevando sus brazos al cielo.
-¡Padre! ¡He aquí tu hijo!- elevando lo más posible al niño…
Repite Takua con más fuerzas que nunca, parecía que doblaría su garganta en sus súplicas.
-¡Tómalo si es tu voluntad hacerlo! ¡Pero no lo dejes aquí! ¡Libéralo! ¡Libera a tu hijo! ¡Es tuyo ahora!- las lágrimas inundaban sus oscuras pupilas dilatadas.
Una ráfaga de viento les pegó de lleno a Takua y al bebé, pero se sostuvo con firmeza para que no lo moviera, Mainumby sobrecogida tuvo que cubrir su rostro, mientras sus largos cabellos negros jugaban con el viento. Observaron como todo se transformaba y la corriente de aire tumultuosa, se arremolinaba sobre el cuerpito inerte, envolviéndolo le dio aliento de vida.
Así como cómo los vientos se agitaron, comenzaron a apaciguarse, comenzaron a marcharse siguiendo la corriente del río. Las nubes se alejaron de la luna y las súplicas de Takua en el silencio comenzaron a oírse cada vez más fuertes. El bebé abrió grande sus ojos y levantó sus brazos al cielo, como queriendo tocar los astros. En ese instante el niño regresó de entre los que ya no caminan, con el mensaje que su padre le dio desde La Tierra Sin Mal...
Todos los que habían presenciado lo sucedido se estremecieron, de manera tal que las lágrimas acompañaron las risas, cayendo finalmente al río para convertirse en agua y continuar su ciclo. La luna en su máxima expresión iluminó a la pequeña familia como nunca había visto el anciano paje, reflejándose en el niño cubierto de sangre que parecía tener luz propia.
El crepitar del fuego cerca de ellos, anunciaba la vida después de la muerte y el bebé proclamando su llegada, explotó en un grito y un llanto que se escuchó a lo largo y ancho de todo el río, imponiéndose en las alturas como lo presentó su padre terrenal. Iluminado por su padre celestial resplandeciente...
Ñasaindy broto de la boca del paje, nombrándolo. Describiéndolo. Destinándolo.
Ñasaindy, fue libre así, por primera vez, bajo la luz de la luna y en brazos de su padre.

El Pensamiento moderno - suicidal dream -


El asunto es...
que pienso demasiado, eso me hará ser más inteligente? será algo relativo? o meramente circunstancial? entorpecerá todo?
Cuando me persiguen mis pensamientos, normalmente me atrapan, eso me hace ser insegura a veces. Tiendo a pensar que lo bueno que pueda pasarme, solo corresponde a una pieza integrante de un sueño. Y cuando sueño, sueño que soy un perro herido que se hunde en un mar de desolaciones y miserias en el que aprendí a flotar, y del que tuve que aprender sus movimientos de mareas. Llegué a saborear bien la dulce calma antes de la tormenta, leo sus señales. Tal vez termine siendo la calma, la que consiga hundirme.................


No se si el hecho de pensar mucho me haga ser mas inteligente...o menos. Solo se que a veces me gustaria no saber, y otras hago todo por saber.
....................Pensandolo bien.... hay cosas que uno ve, que cuando las conoce sabe que no era como veiamos que era.....
......................creo.